Blaise Pascal

  • ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
  • ¿Puede haber algo más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del agua y su príncipe tiene una querella con el mío aunque yo no la tenga con él?.
  • ¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza? Nada con respecto al infinito. Todo con respecto a la nada. Un intermedio entre la nada y el todo.
  • ¿Quién se siente desgraciado por no ser rey, sino un rey destronado?
  • A fuerza de hablar de amor, uno llega a enamorarse. Nada tan fácil. Esta es la pasión más natural del hombre.
  • Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto.
  • Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada.
  • Cuando no se ama demasiado no se ama lo suficiente.
  • Descripción del hombre: dependencia, deseo de independencia, necesidad.
  • Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un hábito.
  • Dos excesos: excluir la razón, no admitir más que la razón.
  • El arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón.
  • El corazón tiene razones que la razón ignora.
  • El espíritu cree naturalmente y la voluntad naturalmente ama; de modo que, a falta de objetos verdaderos, es preciso apegarse a los falsos.
  • El hombre es naturalmente crédulo, incrédulo; tímido, temerario.
  • El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende.
  • El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene.
  • El mundo está lleno de buenas máximas; sólo falta aplicarlas.
  • El primer efecto del amor es inspirar un gran respeto; se siente veneración por quien se ama.
  • El rey está rodeado de gentes que no piensan sino en divertirlo y en impedir que piense en sí mismo. Porque, por muy rey que sea, es desgraciado si piensa en ello.
  • En las religiones es preciso ser sinceros; verdaderos paganos, verdaderos judíos, verdaderos cristianos.
  • Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar el pensamiento de la muerte.
  • Es miserable saberse miserable, pero es ser grande reconocer que se es miserable.
  • Es sin duda un mal, estar lleno de defectos; pero es todavía un mal mayor estar lleno de ellos y no quererlo reconocer, porque es añadir todavía el de una ilusión voluntaria.
  • Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.
  • He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.
  • La conciencia es el mejor libro moral que tenemos.
  • La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir.
  • La elocuencia es una pintura del pensamiento, y por esto los que después de haber pintado añaden algo más, hacen un cuadro en lugar de un retrato.
  • La felicidad es un artículo maravilloso: cuanto más se da, más le queda a uno.
  • La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez.
  • La justicia sobre la fuerza, es la impotencia, la fuerza sin justicia es tiranía.
  • La mayoría de los males les vienen a los hombres por no quedarse tranquilos en casa.
  • La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso.
  • La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.
  • La razón obra con lentitud, y con tantas miras, sobre tantos principios, que a cada momento se adormece o extravía. La pasión obra en un instante.
  • La reina del mundo es la fuerza y no la opinión; pero es la opinión quien usa de la fuerza.
  • La virtud de un hombre no debe medirse por sus esfuerzos, sino por sus obras cotidianas.
  • Las cuerdas que amarran el respeto de unos por otros son, en general, cuerdas de necesidad.
  • Lo último que uno sabe es por donde empezar.
  • Los hombres creen buscar sinceramente el reposo, y en realidad no buscan sino agitación.
  • Los mejores libros son aquellos que quienes los leen creen que también ellos pudieron haberlos escrito.
  • Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen.
  • Muy débil es la razón sino llega a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan.
  • Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad.
  • No es bueno ser demasiado libre. No es bueno tener todo lo que uno quiere.
  • No poseemos la verdad ni el bien nada más que en parte y mezclados con la falsedad y con el mal.
  • No vivimos nunca, sino que esperamos vivir; y disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca.
  • Nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo presente, que hacemos de la eternidad una nada, y de la nada una eternidad.
  • Nuestra naturaleza está en movimiento. El reposo absoluto es la muerte.
  • Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; más para quienes tienen opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad.
  • Poca cosa nos consuela porque poca cosa nos aflige.
  • Por muchas riquezas que el hombre posea y por grandes que sean la salud y las comodidades que disfrute, no se siente satisfecho si no cuenta con la estimación de los demás.
  • Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.
  • Sabed que el hombre supera infinitamente al hombre.
  • Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.
  • Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen.
  • Sólo conviene la mediocridad. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de ella por alguna parte.
  • Sólo hay dos clases de personas coherentes: los que gozan de Dios porque creen en él y los que sufren porque no le poseen.
  • Toda religión que no afirme que Dios está oculto, no es verdadera.
  • Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber.
  • Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.

Blaise Pascal - (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.

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