Stendhal

  • Con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza.
  • El amor es como la fiebre: nace y se extingue sin que la voluntad tome en ello la menor parte.
  • El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
  • El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.
  • El enamorado celoso soporta mejor la enfermedad de su amante que su libertad.
  • El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones: o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros.
  • El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más hermosa de su vida.
  • El pudor tiene la desventaja de que habitúa a mentir.
  • Es indispensable, para que otros nos soporten a gusto, participar hasta cierto punto en sus pasiones.
  • Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente.
  • La diferencia de la infidelidad en los dos sexo es tan real que una mujer apasionada puede perdonar una infidelidad, cosa imposible para un hombre.
  • La diferencia engendra odio.
  • Las mujeres demasiado bellas sorprenden menos el segundo día.
  • Las religiones son fundadas en el miedo de muchos y en la vivacidad de pocos.
  • Llamamos bello a aquello que es elogiado por el periódico y que produce mucho dinero.
  • Lo que hace tan agudo el dolor de los celos, es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo.
  • Los celos pueden constituir un modo nuevo de probar el amor, más pueden también ofender la dignidad de una mujer perfectamente delicada.
  • Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor.
  • Nadie puede en su vida escapar a una deplorable crisis de entusiasmo.
  • No hay más uniones legítimas que las que están gobernadas por una verdadera pasión.
  • Para conocer al hombre basta estudiarse a sí mismo; para conocer a los hombres se precisa vivir en medio de ellos.
  • Para un amante ya no hay amigos.
  • Puede adquirirse todo en la sociedad, excepto el carácter.
  • Querer, es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar.
  • Quien se excusa, se acusa.
  • Tener el carácter firme es tener una larga y sólida experiencia de los desengaños y desgracias de la vida.
  • Un hijo es un acreedor dado por la naturaleza.
  • Yo honro con el nombre de virtud a la costumbre de realizar acciones penosas y útiles a los demás.

Stendhal - 1783-1842. Pseudónimo de Henri Beyle. Escritor francés del Siglo XIX.

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