- A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia.
- Cuando se amaba a alguien, se le amaba por él mismo, y si no había nada más que darle, siempre se le podía dar amor.
- El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo.
- En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.
- Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría.
- Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
- La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
- La libertad es poder decir libremente que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás vendrá por sus pasos.
- La manera más rápida de finalizar una guerra es perderla.
- Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
- Nada cambiaría mientras el poder siguiera en manos de una minoría privilegiada.
- No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.
- Opino que a los cincuenta, cada uno tiene la cara que se merece.
- Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.
- Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.
- Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
- Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.
George Orwell - 1903-1950. Escritor británico.
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